domingo, 25 de agosto de 2013

La Biblioteca de Orión: Poesía de un Arlequín II

Capítulos Previos

La biblioteca de Orión, El inicio
La biblioteca de Orión: Segunda visita
La biblioteca de Orion, Una extraña aparición
Biblioteca de Orión. Magnus
La Biblioteca de Orión: Anna Lee
La Biblioteca de Orión: Anna Lee, Pt. 2 - El Milagro y el Durmiente
La Biblioteca de Orión: ¿El retorno del anfiteatro?
La Biblioteca de Orión: Poesía de un Arlequín

Arlequín

Era una noche de luna llena, me encontraba preparando mi segunda parte de mi discurso sobre Perú, pero decidí descansar un rato y salir a la ventana de mi anfiteatro y observar el paisaje que de allí se ve, me causó una gran inspiración para poder escribir otro poema. Saqué mi cuaderno azul donde escribo todas mis poesías y me puse a escribir lo que dictaba mi corazón.

Ni el fuego intenso y eterno del infierno
Se compara a este dolor
Ni la muerte me arrancaría este sufrimiento
Ni el mismo holocausto terminaría mi calvario

De siempre haberte amado
Tenerte junto a mí
Poder abrazarte y besarte
Poder oír tu risa

miércoles, 21 de agosto de 2013

Busco un libro: Gotitas de agua, llenas de amor

Gala

Me encontraba sentada observando las estrellas en uno de los sillones de la biblioteca, serían más o menos las 7 de la noche, las estrellas brillaban con fuerza y la luna resplandecía con un gran furor, la belleza que tiene la noche es inigualable y más aún la vista que hay desde esta biblioteca.

No había vuelto a ver algún visitante, desde la aparición de Isis, Riley, Césare y Anna, curiosamente no habían vuelto a la biblioteca, aún sigo extrañada porque habrá sido tan repentina su visita y su ausencia.

Decidí volver a buscar algún libro para pasar el tiempo, y me fui al mismo lugar donde encontré el libro de "Los zapatos del campesino" y encontré uno que se llamaba "Gotitas de agua, llenas de amor" sin dudarlo cogí el libro y lo empecé a leer sin dudarlo.

Gotitas de agua, llenas de amor

Un gran incendio se desató en un bosque de bambú. Las llamas alcanzaban grandes alturas. Un pequeño Colibrí fue al río, mojó sus alas y regresó sobre el gran incendio, agitándolas con la intención de apagar el fuego. Incesantemente iba y venía con sus alas cargadas de agua.

Los otros animales observaban sorprendidos la actitud de la pequeña ave y le preguntaron: Oye, ¿por qué estás haciendo eso? ¿Cómo es posible? ¿Cómo crees que con esas gotitas de agua puedes apagar un incendio de tales dimensiones?

miércoles, 14 de agosto de 2013

Gerard Knife: V

Capitulo 5: "Puertas que no se abren" 


-Hola Gabriel... ¿podemos hablar?- dijo la chica sentada en mi cama
-¡Me has dado un buen susto Mariangel!- exclame del sobresalto
-jaja- rio y luego hizo una pausa y mirandome con detenimiento se levanto -¿quieres ir al parque?- solto
-si que estas llenas de sorpresas mariangel... supongo que no me molestaria ir un rato-

y entonces ella sonrio, mirandola de cerca tenia una sonrisa tierna, y esa mirada que era capaz de llevarme a aquellos tiempos cuando la conoci... era una sensacion extraña, habia algo sobre ella que me alejaba cuando queria estar cerca. Ese dia recorrimos el parque juntos y luego nos sentamos bajo un arbol, comparada con mi aventura de la noche anterior esto era muy calmado y ni siquiera ella era capaz de sacar de mi mente aquel beso... no era capaz de sacar de mis ojos aquel rostro tan cerca de mi... aun asi el dia se fue junto a ella.

al volver a casa, recorde la maleta, estando en el parque me habia olvidado por completo de ella y al no verla en la puerta de mi dormitorio me preocupe un poco pero esta estaba sobre mi cama con la nota aun sin abrir.

-parece que tienes un Angel de la guarda Knife- susurro el niño
-¿que haces aqui?- pregunte asustado por la aparicion repentina de un niño mencionado antes por él y que hasta entonces no habia observado bien, tenia aspecto de 9 años de cabello fino y de color rojizo, mirada afilada, rostro palido y ropa de invierno muy parecida a la que yo vestia, usaba guantes de cuero y tenia una marca debajo de los ojos, parecian tatuajes pero no lo eran, estaba seguro porque estas marcas se movian de vez en vez.

-él te lo dijo- y entonces camino hasta quedar delante de mi al otro lado de la cama y agrego -deberias llevarte bien conmigo- y en esta ultima palabra rio dejando entreveer sus colmillos que era lo que mas resaltaba -quien te dejo esto, sabe bien quien eres, deberias tener cuidado- dijo con un tono algo protector como un hermano pequeño -supongo- conteste

domingo, 4 de agosto de 2013

Busco un libro: Los zapatos del campesino

Gala

Siendo costumbre mía, permanecía en la biblioteca ordenando los textos y clasificándolos constantemente, y en lo posible renovar libros viejos por unos más nuevos con el mismo contenido, puesto que a los autores, no les gustaba encontrar libros en malas condiciones y yo era la responsable de mantener esta biblioteca en un estado impecable.

Hace varios días no he sabido de Isis, de Anna, de Césare y de Riley, aunque muchas veces a esta última la encuentro en el cuarto de los espejos, pero ella siempre desaparecía misteriosamente y sin dejar rastro alguno. Curiosamente siendo, por decirlo de una u otra forma, la guardiana de esta biblioteca, nunca me he tomado un tiempo como para poder leer alguno de los libros que estaban dentro, curiosamente sé donde estan todos ubicados en sus respectivas secciones, pero jamás he abierto uno de aquellos libros, pero hoy he decidido al menos leer una historia corta obviamente dejando el libro en su respectivo lugar después de ello.

Dejé mi escritorio y decidí explorar la biblioteca, no como la guardiana, sino como una visitante, y encuentro un libro muy delgado, llamado "Los zapatos del campesino" Me pareció muy raro el nombre, pero obviamente no podía juzgar un libro por su portada, por lo cual decidí abrirlo y empezar a leer.

Los zapatos del campesino


Un estudiante universitario salió un día a dar un paseo con un profesor, a quien los alumnos consideraban su amigo debido a su bondad para quienes seguían sus instrucciones. Mientras caminaban, vieron en el camino un par de zapatos viejos y supusieron que pertenecían a un anciano que trabajaba en el campo de al lado y que estaba por terminar sus labores diarias. El alumno dijo al profesor: "Hagámosle una broma; escondamos los zapatos y ocultémonos detrás de esos arbustos para ver su cara cuando lo encuentre".

Gerard Knife: IV


 Capitulo 4: "Esa Noche" 

Hasta que aquel pensamiento cruzo mi mente como bala, no fue hasta entonces que me di cuenta que alguien más estaba allí, por supuesto, tenía que ser él…
     -El niño estará contigo hasta que cumplas con lo que te pedí, si fallas y no mueres antes yo vendré a matarte.
     -No... se-que p-planeas Diego, y-y también se q-que no pue... do confiar en ti, pero... cumplirás el trato?
     -Por eso esta él aquí, te parecerá un niño pero es más que eso, yo que tú me cuidaría de él.

   Y luego de eso desapareció, todo volvió a su normalidad si es que se podía aplicar ese término. Lo que más me disgustaba es que una parte de mi ansiaba liberarse del miedo que me ataba, matar a Diego era probablemente difícil pero no lo creí imposible, lamentaba tener que deshacerme de aquellos dos ni siquiera sabia si podía hacerlo, en especial a Mariangel, pero no había otra forma y si quería dejar atrás el miedo debía empezar por allí.

     Horas después recibí una llamada...

viernes, 2 de agosto de 2013

El Anfiteatro de Arlequín: Perú a 2 años de gobierno (Parte 1)

Isis

Era el día de la gran inauguración del anfiteatro de Arlequín, nos demoramos 3 días en hacer todos los arreglos posibles para que el anfiteatro quedará impecable, tal cuál Arlequín me lo había solicitado.

Eran aproximadamente las 7 de la noche y había una larga cola para poder entrar, yo estaba primera en la fila esperando emocionada para poder pasar, Arlequín había colocado un gran banderola con unos niños dibujados en ella sobre las grandes puertas que daban al anfiteatro. "Perú a 2 años de gobierno" decía. Supuse que ese sería el tema que iba a hablar, un país lejano con una realidad muy distante a la de mi pequeño pueblo. Estuve haciendo la cola por unos 10 minutos hasta que sale un hombre vestido completamente de negro a través de las grandes puertas del anfiteatro. -Busco a la Señorita Isis, aprendiz de Arlequín.

-¡Soy yo! - respondí alzando mi mano. -Venga conmigo por favor. Seguí a aquel hombre y me dejó en el salón principal del anfiteatro.


Bienvenida Isis - me saludó Arlequín. - Te escogí el mejor asiento para que puedas prestar atención a mi pequeña charla que tendré con todos los invitados en este humilde lugar. Me mostró dicho asiento, justo en el centro y bastante adelante, justo como me gusta sentarme para poder apreciar esta clase de cosas, y tenía un pequeño cartel que decía "Reservado".

Fui con mi mejor traje a ver la presentación, porque creo que la situación lo ameritaba, en ese momento mientras me acomodaba Arlequín exclamó: ¡Deja que todos pasen Alfredo! y el hombre que me abrió la puerta habilitó el paso para que todo el público que estaba fuera del anfiteatro pudiera pasar y acomodarse donde más les plazca, en cuánto a mí me sentía cómoda en el sitio que me regaló Arlequín.


Después de unos 10 minutos mientras que el público se acomodaba, Alfredo estaba prendiendo los proyectores para iluminar el escenario, la gente murmullaba y cuchicheaba sobre lo que iba a tratar el tema que iba a plantear Arlequín.

Después de unos breves minutos el escenario se iluminó con una gran fuerza y salió Arlequín en medio parado en un estrado.

-Buenas noches, estimado público. - Saludó Arlequín haciendo una reverencia. El público empezó a aplaudir, parece que extrañaban los discursos de Arlequín, pienso yo.