domingo, 4 de agosto de 2013

Gerard Knife: IV


 Capitulo 4: "Esa Noche" 

Hasta que aquel pensamiento cruzo mi mente como bala, no fue hasta entonces que me di cuenta que alguien más estaba allí, por supuesto, tenía que ser él…
     -El niño estará contigo hasta que cumplas con lo que te pedí, si fallas y no mueres antes yo vendré a matarte.
     -No... se-que p-planeas Diego, y-y también se q-que no pue... do confiar en ti, pero... cumplirás el trato?
     -Por eso esta él aquí, te parecerá un niño pero es más que eso, yo que tú me cuidaría de él.

   Y luego de eso desapareció, todo volvió a su normalidad si es que se podía aplicar ese término. Lo que más me disgustaba es que una parte de mi ansiaba liberarse del miedo que me ataba, matar a Diego era probablemente difícil pero no lo creí imposible, lamentaba tener que deshacerme de aquellos dos ni siquiera sabia si podía hacerlo, en especial a Mariangel, pero no había otra forma y si quería dejar atrás el miedo debía empezar por allí.

     Horas después recibí una llamada...



*ring-ring*
     -Alo, buenas tardes
     -Hola Gabriel, recuerdas lo que te dije de que saliéramos
     -Hola Emily… amm, si, por supuesto (y esa sonrisa estúpida volvió)
     -Que te parece hoy en la noche, hay un nuevo restaurant y pienso que sería buena idea ir juntos.
     -Por supuesto, a qué hora te paso buscando…
     -No, no, nada de eso, yo te paso buscando a las 9 en mi auto, ¿vale?, cuídate, besos.
     Tal vez no era una buena idea, pero no podía evitarlo, todo mi ser quería hacerlo y no había forma de que me negara a aquello, en cuanto colgué no tardo en entrar mi tío a la cocina y por mi cara colorada yo sabia lo que el pensaba.

     -Saldrás esta noche? – pregunto mi tío
     -Si, iré a un restaurant nuevo con Emily Soley, te acuerdas de ella?, respondí sonrojandome aun mas
     -¿Te refieres a la chica que desapareció hace dos años? – pregunto con los ojos abiertos
     - Pe… pe…
     -¡JAJA! ¡TE ASUSTE! Era una broma, JaJa y tu tía dice que ya no tengo sentido del humor. Dijo sin poder contener las horcajadas que le producía la risa.
     -jaja- no pude evitar reír también – esa fue buena tío. De verdad me había asustado.
      -Ten algo de dinero, dijo mientras metía algunos billetes al bolsillo de mi camisa y me guiñaba el ojo. Yo sonreí y le agradecí, como yo era la hora salí a esperarla a la puerta y ella apareció casi enseguida, para mi sorpresa iba en un grandioso Aston Martin, no podía decir que modelo era pues no sabia mucho de autos.

     -Buenas noches cariño, me dijo ella cuando entraba en el coche
     -wow! todavía es temprano para llamarme así profesora (hice énfasis en la palabra esperando que ignorara la indirecta)
     -no te confundas, no estamos en San Lucas, ya veras que aquí las cosas son un poco diferentes. respondió guiñándome un ojo y como era de esperarse en un lugar no tan grande, con un auto tan veloz llegamos casi enseguida.

     Incluso el lugar era pequeño, pero era un restaurant bastante costoso... hablamos de nosotros, como nos había ido y yo como siempre evadiendo la verdad, contaba mi vida ficticia que de tanto repetirla en mi mente ya se empezaba a confundir con la realidad, al terminar, ella no me dejo pagar nada y nos fuimos. Al Principio creí que iríamos a mi casa pero después volteo hacia la montaña y yo por supuesto no dije nada, todo había sido divertido hasta que vi que en el asiento de atrás había otra persona que por la oscuridad no alcanzaba a distinguir, como era de esperarse me puse nervioso y no pude decir nada. Cuando llegamos Emily parecía haberse dado cuenta de mi estado emocional y me pidió bajar del auto.

     -En la maleta del auto tengo un regalo para ti- me miro con un brillo que antes no había visto, y entonces el frío de la montaña desapareció cual suspiro que se desvanece en el fragor de la batalla, lucha de aquellos sentimientos desenfrenados que vienen y van, y tienen libertad para matar, así fue esa noche, fugaz y repentina como aquel beso que podría jurar me dejo sellado por una eternidad en ese lugar.

...

     A la mañana siguiente mi tío me dijo que había regresado borracho y mal vestido, lo que nos hizo gracia a ambos pero no a mi tía, yo solo recordaba un beso tal vez para mi, épico.

      -Gerard, mañana empiezan las clases, así que prepara todo para mañana ¿de acuerdo?-me recordó mi tía con un gesto maternal que realmente aprecie
      -Claro tía- ¡y no vuelas a llegar borracho!- gritó- esta bien tía, lo prometo.

después de comer y pasar un rato con ellos subí a mi habitación a preparar las cosas, al llegar a la puerta encontré una maleta con una nota, era pesada, de repente escuche a alguien moverse en la cama... intente no prestarle atención y entre...

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