Mientras veía a Isis seguir arreglando mi hermoso anfiteatro, decidí tomarme un breve descanso y abrir un mi pequeño cuaderno de poesía, mientras revisaba aquellas páginas de aquel libro, se me vino la inspiración y empecé a escribir lo primero que se me vino a la cabeza.
Saqué mi fiel bolígrafo negro y traté de plasmar las ideas que tenía en ese preciso momento. Isis me mira escribir y me pregunta -¿Qué escribes Arlequín?- Yo le contestó que escribía poesía - ¡Me encanta la poesía! - respondió emocionada Isis - ¿Me dejas ver? ¿Por favor? - Me preguntó insistente.
-Claro que sí Isis, pero primero termina de acomodar las luces y de terminar de arreglar las cortinas. - Le respondí jugando con su cabello, ella inmediatamente salió a hacer mi mandado que le había encargado, mientras yo trataba de que se me ocurriera alguna idea para poder seguir llenando mi pequeño poemario.
Después de unos 10 minutos de borrones y desaciertos logré escribir algo que me ha convencido lo suficiente para ponerlo en mi poemario. -Arlequín - dijo Isis - ¿Terminaste con tu poesía? - Pregunto ella. Le asentí con la cabeza y le dí el pequeño cuaderno azul.
Isis empieza a leer con una gran eufória:
Un ángel ha llegado a la tierra
Y a todos nos dejó perplejos
Yo me enamoré perdidamente de ti
Con tu sonrisa que contagia alegría y felicidad