sábado, 13 de julio de 2013

Gerard Knife: III

Capítulos Previos:
Capítulo 1: Primera vez
Capítulo 2: "Trato Nefasto

Capitulo 3: "Preludio"

-Hijo, te vas a quedar allí toda la noche?, entra!, te vas a resfriar. Chillo mi tía desde la ventana y como era de esperarse él ya no estaba allí.

-Ya voy tía, me forcé a contestar.

Luego de aquello no sabía que pensar, pasaba tantas horas fuera de mi, que mis tíos no tardaron en notarlo y preocuparse por ello, mi presencia se había vuelto taciturna y envuelta en un halo oscuro, tal vez todo estaba en mi imaginación y formaba parte de una pesadilla hecha para hacer que perdiera la cabeza por completo, si yo mismo dudaba de mi cordura no me parecía extraño que los demás pensaran igual.

Los días pasaron tan rápido como el estruendo de un rayo, en un parpadeo estaba bajándome del avión con Mary, en otro habría de ir a la misma escuela que ella, en otro tenía que matarla y en este ultimo tenía que ir al colegio a buscar mi horario, cada vez me hallaba más cerca de ella y aunque el otro no me importaba en lo más mínimo no podía evitar pensar que no sería capaz de hacer aquello, asesinarlos para no ser asesinado.

-No hay forma de que lo haga. Espeto un niño. -¡Gabriel! ¡Hora de levantarse! Grito mi tía-
-Su vida me pertenece, si no lo hace, igual lo matare, dijo él
-Parece que ni siquiera se ha dado cuenta de que estamos aquí, dijo el niño
-Encárgate tu mocoso. Espeto él
-Sera divertido hacerlo, vegetal, contesto el niño



Y entonces en medio de un ligero destello carmesí él desapareció y el niño se había quedado en la esquina de mi habitación observándome mientras dormía…

-Deberías levantarte niño, susurro una angelical voz
-...fue un sueño bastante raro, murmure para mi mismo
-¿Qué sueño? pregunto la voz angelical
-ya no importa, fue solo un sueño, conteste a la voz, entonces me acorde que debía levantarme para ir al colegio a buscar mi horario... ¿Qué haces aquí Mary? pregunte exaltado, hasta entonces no me había dado cuenta que había alguien a mi lado a causa del sueño.
-Siempre estas así?...
-Hola Mariangel, supongo que no me siento muy bien, Respondí
-hmmm… Porque no me miras?. Preguntó
-… lo si...siento, debo irme. Tartamudeé

Y entonces la deje allí parada. El instituto había sido remodelado, Antes era tan solo un edificio, pero ahora era un conjunto de tres edificios unidos por pasillos largos y adornados con jardines a su alrededor, tenía muchas ventanas lo que hacía que bajo el sol se viera algo destellante y finalmente estaba el enorme espacio que había desde la entrada a los terrenos hasta los edificios, como era de esperarse me perdí al buscar la coordinación. En ella había dos señoras algo mayores sentadas delante sus escritorios y laptops, la tercera solo tenía un escritorio y parecía ser la coordinadora general.

-Usted debe ser, Gerard Gabriel Knife Mosley ¿no?
-Como lo supo señorita?
-No podría olvidarme de ti, pero supongo que tú estabas muy pequeño para recordarme vedad?, pregunto mientras ensanchaba una amplia y cálida sonrisa, las demás que no se habían percatado de mi presencia comenzaron a mirarme de reojo.
-Lo siento, pero no la recuerdo. Respondí sonrojándome.
-Está bien, lo supuse (dijo mas para ella que para mí), recuerdas aquella chica que solía cuidarlos mientras iban al parque?
-… Emily Soley? (con ese nombre mi cabeza se lleno de recuerdos, era una chica mayor que yo por 3 años y siempre me había gustado pero no tenía tiempo para pensar en eso en aquel entonces)
-… Ella misma, respondió mientras hacia un gesto para que me sentara frente a ella.
- y te acordaste de mi?
- Yo también me alegro de verte.
- Lo siento, jeje, es genial verte de nuevo... ¿serás mi coordinadora?
-Más que eso, también seré tu maestra guía hasta la graduación, no te parece genial?
-Mucho!, respondí con entusiasmo repentino (sacado de quien sabe dónde), no pude evitar una estúpida sonrisa
-Bueno supongo que estas aquí por tu horario verdad? -asentí- Bueno estas en la sección quinientos dos, aquí está tú horario.
- Muchas gracias, dije mientras me levantaba para marcharme
- Antes de que te vayas, sabes, me gustaría charlar un rato contigo, podemos vernos después?
- Por supuesto -respondí enseguida- aunque ahorita no tengo teléfono móvil, pero podrías llamar al de la casa de mis tíos. Añadí algo pensativo
-Eso haré. Contesto ella
-Bien, bueno… hasta luego y cuídate, fue bueno verte. Me despedí.

Después de eso, no vi a nadie más camino a casa, tampoco es que estuviera muy concentrado la verdad, tan distraído iba que termine en la entrada del parque unas dos veces.

-Qué bueno que llegas, escuche roncar a mi tío…
-¿Como te ha ido Gabriel, ya tienes tu horario y todo eso?.
-jajajaja… eres patético Gabriel, no podrás hacerlo, el vendrá a buscarte si no lo haces recuerdas?~ Chillo un niño montado en el techo de la casa.
-Cállate mocoso! Te bajare de allí!. Grite
-Cálmate Gabriel, a quien le gritas?, pregunto mi tío tornando su mirada preocupada.
-Al mocoso encima del techo que se burlo de mi. Respondí airado
-Pero si ahí no hay nadie y yo no he escuchado nada!, dijo mi tío haciéndome por los hombros
-~jajaja, así cualquiera creerá que estás loco Gabriel, que patético eres~, chillo el niño de nuevo
-Creo que debes entrar y darte una ducha Gabriel, luego descansa… (~jaja -ser reía en mi cara-~) seguro has tenido un mal día. Dijo mi tío en tono tranquilizador
-Está bien tío, lo haré. Contesté con voz cansina
Luego de marcharme por las escaleras, escuche a mi tío hablar en susurro a mi tía, de seguro creen que me estoy volviendo loco, pero para ser sincero hasta yo mismo lo cuestionaba

Entre en el baño a darme la ducha, pero en el momento en el que me desvestí y abrí la regadera, no sentí el agua, más bien sentí como si me halaran el cuerpo hacia abajo, fue la sensación más espantosa que había tenido en mi vida con una excepcion…

Al abrir los ojos, me encontraba debajo de la regadera, mi cuerpo estaba mojado, pero yo veía las gotas del agua caer como si estuvieran en cámara lenta… me di cuenta que esto no era producto de mi mente… No podía serlo era obvio que había algo mas detrás de todo eso y hasta ahora, lo único que tenia era la forma de salvarme, no, había más que eso. Matar o ser asesinado… Entonces fue cuando el recuerdo de Emily y mis padres vino a mi mente y por primera vez entendi que no me importaba nada más, quería vivir, sin importar cual fuera el precio.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario