miércoles, 4 de septiembre de 2013

La Biblioteca de Orion: Historia Evanescente

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La biblioteca de Orion, Una extraña aparición
Biblioteca de Orión. Magnus
La Biblioteca de Orión: Anna Lee
La Biblioteca de Orión: Anna Lee, Pt. 2 - El Milagro y el Durmiente
La Biblioteca de Orión: ¿El retorno del anfiteatro?

Riley: Evanescente

Parte 1

En medio de aquel estruendo sentía como un vórtice de colores arrastraba todo a su antojo, envolvía todo a su paso y para cuando nos levantamos la sombra que desaparecía nos hacia entender que realmente ya no estaba, se había ido y era imposible para cualquiera saber si volvería alguna vez.

¿estas bien? -me pregunto Isis mientras me ayudaba a levantarme del suelo- creo que si ¿y tu?- pregunte- yo estoy bien, busquemos a Gala- respondió bruscamente, tardamos bastante atravesando la biblioteca debido a que habían escombros por todos lados. Lo que había sucedido no tenia una explicación, todo comenzó esta mañana cuando venia a la biblioteca a ver a Phoenix quien me leería otro capitulo de Gerard Knife. Iba junto a Isis, ahora que yo vivía con ella hacíamos casi todo juntas y había alguien saliendo del bosque que miraba fijamente la biblioteca, vestía una túnica vinotinto y tenia capucha, aquella figura se desvaneció cuando nos bajamos del auto.

Tu también lo viste ¿verdad?- exaspero Isis- si, también lo vi- respondí sin darle importancia, abrí las puertas de la biblioteca y luego de quedarse mirando hacia el bosque ella también entro -Riley, ven a nuestro lugar, tengo algo que mostrarte- escuche resonar en mi mente, lo que era habitual cuando Phoenix me hablaba. Me despedí de Isis y Gala para ir directo a mi encuentro con mi mentor.

Al llegar a la sala de los espejos me di cuenta que aparte de Phoenix había otra figura ahí, pero se esfumo en cuanto me asome -Dime pequeña ¿has visto algo que te llamase la atención y quieras contármelo?- pensé en el encapuchado que vimos antes pero luego pensé que seria mejor no decirlo, si alguien sabia era él así que negué con la cabeza -Ya veo, entonces comencemos por ir a nuestro lugar- dicho esto no hicimos mas que atravesar el espejo que nos llevo directo a aquella playa tan majestuosa, el aroma de nuevo llenaba mis pulmones de sal marina y me revitalizaba pero había algo que me inquietaba -¿que sucede?- pregunté a lo que él solo negó con la cabeza, en medio del agua había un barco de lo mas espantoso, con las velas sucias y raídas y el casco de la nave se veía tan mugriento que daban nauseas.



-Hay una historia que dice que en cierto momento aparecerán signos en los lugares especiales, sospecho que se refería a los lugares de los libros mágicos, aunque hayamos levantado la biblioteca los 4 mentores, la magia de la ella es superior y anterior a nosotros pues fue bendecida, en nuestros viajes cada mentor cuando el momento llegue los signos aparecerán, no valdrán el oro ni las palabras en su conocimiento único extenso, sus sombras serán arrastradas por aquellos anteriores a los eones presentes, por los que han sido enviados con una única misión, por los heraldos de la muerte" Arlequín consiguió saber un poco mas sobre esto pero me temo... que no es suficiente, yo en cambio fracase en mi misión de hallar información.
descubrió cualidades de la biblioteca únicas así como historias y profecías sobre ella- contaba Phoenix, yo prestaba atención, pero también miraba el barco y el horizonte infinito que se abría ante nosotros, este barco presagiaba algo, lo podía sentir -Hubo una en particular por la cual viajamos mucho Arlequin y yo que Arceus y Maguns ignoraban que recitaba: "

En aquel momento el cielo se enrojeció y una figura encapuchada salio de la cabina del barco y se detuvo por unos segundos a vernos para luego desaparecer en una llamarada azul, no parecía humano... -Yo creo que es un mal presagio Riley, no puedo estar seguro, pero los heraldos de la muerte no pueden ser buenos- susurro.

Arlequín

Luego de haber hecho mi retorno a mi viejo anfiteatro, decidí volver a la biblioteca, sentía una energía obscura expandiéndose, cada vez más fuerte a medida que me acercaba a la biblioteca, cabalgaba sobre Tormenta, mi fiel corcel, mientras que Sombra, mi cuervo compañero, me indicaba que no hubieran obstáculos en la oscuridad de la noche. Esto no tenía muy buena pinta, la energía se hacía cada vez más poderosa, y de una forma u otra temía mucho que los Heraldos de la Muerte volvieran cuando creí que estaríamos libres de ellos por bastante tiempo.

Luego de una larga cabalgada, dejé a Tormenta fuera de la biblioteca, y sombra entró conmigo, Gala se levanto inmediatamente al verme y exclamó en un tono de bastante preocupación: -Señor Arlequín, han vuelto...- Yo asentí con la cabeza y fui inmediatamente al cuarto de los espejos sin despertar sospechas, al llegar ahí me ubiqué en un espejo que daba frente a una playa, sabía que ahí estaba Phoenix, y que de alguna manera debía informarle sobre lo que estaba ocurriendo. Me aventuré y crucé el vórtice y aparecí en una hermosa playa, pero había un barco en el horizonte, y mis miedos se cumplieron, eran ellos, y querían venganza.

Sombra se estaba poniendo muy nerviosa a medida que avanzábamos en la playa, yo empecé a gritar: "¡Phoenix!" con toda la fuerza que me permitía mi voz, pero era inútil, no conseguía respuesta de él o de su hija, intenté mandar a Sombra a que explorara, pero se sentía muy asustada, en eso, una especie de neblina, iba avanzando a medida que seguía caminando por aquella playa, cada vez mas, el miedo me empezaba a invadir.

-Sombra... - Le dije a mi mascota - Necesito que te transformes en mi espada, algo me dice que tendremos que actuar en defensa propia... - Traté de explicarle a mi fiel mascota, lo más calmo posible para que me pudiera ayudar, inmediatamente Sombra alzó vuelo y después de volar muy alto, cayó en mis manos como mi espada, tan ligera como el vuelo de un ave y tan mortal como la ira de cualquier ser existente.

-¡Phoenix! ¡Aparece! - Seguía gritando inútilmente a medida que seguía avanzando, de pronto observo 2 sombras acercándose, me preparé para poder defenderme en caso de que sean los exploradores de los Heraldos, use mi espada para poder disipar al menos una parte de la neblina, para saber exactamente a lo que me estaba enfrentando.

-¡Espere señor Arlequín! - Me respondió una voz femenina, como si fuera una niña. Me quedé inmóvil, a medida que se disipaba la neblina, con el viento que provocaba mi espada, me di cuenta que eran Phoenix y Riley, el alma me había retornado al cuerpo.

-Arlequín, ¡Tenemos que salir de aquí! - Exclamó Phoenix - No tenemos otra opción, tenemos que reagruparnos y frenar a esta amenaza antes que sea demasiado tarde - le respondí - Que linda espada tiene señor Arlequín - dijo la pequeña Riley - Le acaricie la cabeza y volví a provocar viento para disipar la neblina para poder escapar.

Riley

Cuando regresamos a la biblioteca todo lucia diferente, era el mismo espacio, el mismo aire, todo seguía siendo tan especial como antes, pero el ambiente era distinto, era otro... había sido consumido por ansiedad, por algo oscuro, poderoso y aun así, no maligno... me preguntaba ¿por qué estaban aquí? pero por vez primera tenia miedo de preguntar.

-¡Phoenix! ¡Arlequin!, que bueno que están aquí... la... han despertado. y dicho esto todo el lugar comenzó
a tambalearse cual gelatina y Gala quien había estado gritando todo este tiempo cayo de bruces, cuando quisimos ir a ella en socorro los heraldos aparecieron y uno de ellos, el que había venido antes a las puertas de la biblioteca, con voz potente pregunto ¿donde esta aquel que hurto mi dimensiva signaculum? su voz recordaba la voz de Phoenix pero esta daba miedo, el señor Arlequin miraba a Phoenix de manera furtiva y todos desde el piso vimos como aquel ser ascendía y dejaba de tocar el piso, de esa forma exclamo que lo que buscaba se hiciera presente, en ese entonces aparecieron todos, Magnus a quien había visto solo una vez y su discípulo Cesaré, Arceus y Anna; y al lado de Gala, Isis... al estar todos presente una lagrima broto de mi, no sabia porque, solo lloraba y Arlequin me calmaba, Phoenix tomo mi mano y entonces sucedió, en medio de un estruendo vimos como la biblioteca desataba sus sombras y a cada paso todo se volvía ceniciento, daba la sensación de quemar, yo lloraba aun mas y cuando Arlequin se levanto con su espada los heraldos lo sujetaron y con una floritura de las manos aquel que flotaba detuvo todo, el silencio reino hasta que su voz rompió como relámpago en la salvaje noche.

"es tiempo de volver la magia a su lugar, Arceus de las dimensiones, la Biblioteca te ha condenado a la supresión, Yo Ovilo no Bagliore acepto su sentencia... y como consecuencia todos los que te seguían tendrán el mismo destino"

Eso no es necesario ministro- Susurro Phoenix con su calma habitual -Déjenos borrar sus recuerdos, ella no tiene la culpa- intercedió el señor Arlequin -¡pero!... ¿que fue lo que hizo?¿por qué quieren hacer esto?- grito Anna, entonces Magnus quien había permanecido todo este tiempo impávido, hablo -Arceus fue quien robo el dimensiva signaculum- -¿¡lo sabias!?- rugió Phoenix -No era mi problema- respondió y entonces fue cuando Arceus saco un pequeño broche de su boca y al agitarlo el techo se desplomo, pero mas que eso hubo una explosión que nos hizo saltar por los aires...

En medio de aquel estruendo sentía como un vórtice de colores arrastraba todo a su antojo, envolvía todo a su paso y para cuando nos levantamos la sombra que desaparecía nos hacia entender que realmente ya no estaba, se había ido y era imposible para cualquiera saber si volvería alguna vez, fuimos testigos de como fue borrado aquel a quien llamábamos Arceus y como desaparecían los recuerdos de nuestra Amiga Anna Lee.

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