martes, 24 de septiembre de 2013

La Biblioteca de Orión: Reconstrucción I

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La Biblioteca de Orión: Anna Lee
La Biblioteca de Orión: Anna Lee, Pt. 2 - El Milagro y el Durmiente
La Biblioteca de Orión: ¿El retorno del anfiteatro?
La Biblioteca de Orión: Poesía de un Arlequín
La Biblioteca de Orion: Historia Evanescente

Arlequín

Luego de la explosión, todos salimos volando por los aires, Arceus había muerto, debido al robo de la magia del Heraldo Negro que apareció en la biblioteca, solo recuerdo eso, desperté gracias a que Tormenta, que me lanzó tierra al rostro, reaccioné e inmediatamente revisé si todo estaba en orden, encontré a todos en el suelo, me asusté e inmediatamente traté de que todos reaccionaran, sacudiéndolos; Tormenta hacía lo suyo despertando a los demás al igual que lo hizo conmigo.




Todo el mundo empezaba a recobrar conciencia, Phoenix se limpió sus túnicas al igual que Magnus y Césare; Isis y Riley despertaban muy apesadumbradas pero no había rastros de Gala, lo cual me extrañaba mucho, de pronto veo mi espada cerca a Tormenta, la recojo, la levanto y exclamó: ¡Expergiscimini et temetipsum libera! (Despierta y libérate en latín) La espada tomó vuelo y se convirtió en Sombra, mi fiel cuervo.


Con un gesto ordené a Sombra a que revisara el área en busca de Gala, me parecía muy extraño que no se encontrara con nosotros. Mientras sombra revisaba el área, Isis se me acerca y me susurra: -Arlequín, creo que debemos honrar la memoria de Arceus, construyendole una pequeña tumba cerca a la biblioteca.


Césare se acercó y exclamó: ¡¿Después de que casi nos mata a todos por su culpa, encima quieres rendirle tributo?! - Isis se enojó y le gritó - ¿¡Acaso no respetas la memoria de los demás!? ¡Todos cometemos errores! - ¡SILENCIO! - Gritó Magnus.

Ambos se callaron Magnus continuó avanzando hasta llegar a un árbol, sacó su daga favorita y empezó a golpear un árbol con ella -¡Eres un imbécil Arceus! ¿¡Nunca pensaste que robar tal poder a los Heraldos nos jodería a todos!? -exclamaba mientras lo hacía.

Maestro... - titubeó Césare, lo interrumpí y le respondí - Es normal que en un momento como este él este enojado, lo mejor es dejarlo que se libere mientras lo hace, es costumbre en él.

Isis se sentía mal por el fallecimiento de Arceus, y es que de una forma u otra el se lo había buscado. Me acerqué a Isis y la abrazé, se sentía muy a gusto con ello y se calmó de una forma u otra. Magnus ya se había calmado luego de darle varias puñaladas al árbol -Busquemos a Gala y bajemos al subterraneo de la biblioteca - Dijo con firmeza, asentí la cabeza y lo seguí.

Isis exclama -¡Pero Arlequín...! ¿Y Gala? - A lo que le contesté -Sombra la llevará a la biblioteca, es un ave muy lista, no te preocupes- Y empezamos a caminar hasta llegar a la biblioteca.

Justo como creí, Gala y Sombra estaban esperándonos en la puerta, la biblioteca estaba a oscuras las luces se habían apagado, y la energía de los Heraldos ya se había marchado, por lo cual solo era cuestión de juntar nuestra magia y reactivar la biblioteca.

Entramos cautelosamente y veíamos varios libros tirados en el suelo, el brillo de la luna era lo único con lo que podíamos alumbranos.

Phoenix se sabía de memoria todos los pasillos y subterráneos de la biblioteca, por lo cual el iba adelante, Riley iba cerca a nosotros, parecía que le daba miedo la oscuridad, por lo cual le indique a sombra que se posara en su hombro, para que le haga compañia, es un animal muy inteligente y por tanto sabía que iba a ser de mucha utilidad.

Llegamos a una gran puerta con un gran cerrojo, parecía estar codificado por letras y números, Phoenix me mira y me dice -Arlequín, necesito que me ayudes a abrir el cerrojo, tu sabes la combinación para abrir el cerrojo.

Mientras iba a abrir el cerrojo, Phoenix trataba de calmar a Riley, ella se sentía temerosa, a pesar de que Sombra le hacía compañía y trataba de jugar con ella. Isis se sentó al lado de Riley para que se sintiera un poco más cómoda.

Los demas solo me observaban como abria el cerrojo, al abrirlo un brillo empezó a salir del otro lado de la puerta. Phoenix se levanta y se coloca en el mismo lugar donde estaba parado al abrir el cerrojo, yo me retiro y me coloco a su lado, mirandolos a los demás, él respira hondo y suavemente empieza a hablar:

-Donde hemos llegado es el corazón de la biblioteca, donde solo los mentores podemos entrar, debido a la magia que posee, les sugeriría que se queden aquí, puesto que al entrar estarían perturbando un lugar sagrado de este humilde lugar y es posible que los daños que logre tal magia sean irreversibles.

Los demás asintieron con la cabeza y se quedaron quietos, Phoenix, Magnus y yo entramos sin saber la sorpresa que nos depararía.


 

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